21 marzo 2011

encontrando respuestas

Hola nuevamente, espero estén cómodamente disfrutando de los primeros días de primavera, aunque la verdad ni se siente por estoy lugares, pero bueno esperemos que el calor llegue pronto y que además las primeras lluvias empiecen a caer.

Hoy quiero regalarles algo y es que no podía sacarme de la cabeza que tenia que escribir, de hecho estaba leyendo un libro y no podía leerlo a gusto, porque estas ganas de escribir empezaron a invadirme y como desde hace tiempo que no hago nada, pues aquí esta. Me pase casi dos horas haciendo y deshaciendo lo que quería expresar, pero siempre que empezaba dos párrafos los borraba y todo volvía a empezar, así que me dije, pues vamos a intentarlo haber como me sale. Si haber que sale, además me servirá de practica para el cuento que quiero escribir y pues este es mi primer intento de relato largo, largo porque nunca había escrito así, siempre lo hacia todo en varios párrafos y no me detenía a poner varios personajes en un mismo lugar, siempre era yo y si acaso alguno que otro personaje aparecía, pero no mas haya de la única mención de este. Bueno y para no aburrirlos les dejo las siguientes líneas.

La noche no era nada fría, por que estabas a mi lado, sin embargo el miedo me invadía al tener que despedirnos dentro de poco.

- Disculpa, puedo preguntarte algo. Dijiste tímidamente.
- Sí, puedes preguntarme lo que tú quieras. Dije contemplando la larga calle que se extendía frente a nosotros.

Creo que antes no habíamos pasado por aquí, me dije a mi mismo, será verdad, pero recuerdo que hace poco había estado tomando un café con unos amigos por este mismo lugar, que cambio, que será lo que no podía recordar, acaso me había divertido tanto la ultima vez que estuve aquí que no recuerdo bien los detalles. Es más no recordaba el lugar donde había estado con esos amigos. Tal vez me este confundiendo, por aquí todas las calles de parecen un poco, si a lo mejor y fue eso.

- ¿Puedo saber porque eres así?
- Perdón, disculpa es que venia pensando en que tal vez ya había estado por esta zona pero no podía recordar nada. Me podrías repetir tu pregunta.
- Si claro, no te preocupes. Lo que te preguntaba era, si puedo saber porque eres así.
- ¿Así como? Pregunte fríamente yo. No logro entender tu pregunta, ser de que forma.
- Sí, es que cuando te miro, parece que estuvieras en otro mundo, a pesar de que estoy platicando contigo y me miras fijamente, siento como si estuvieras analizando cada palabra que estoy pronunciado. Y sino me miras fijamente parece que estuvieras vagando por tu mente.
- Disculpa, tienes razón, pero ni yo mismo conozco la respuesta a lo que acabas de preguntar.

El silencio entre los dos se hizo presente. Y yo volví a mi mente a preguntarme tantas cosas. De hecho hasta este momento no me había percatado de que lo hacia muy seguido, tal vez antes ninguno de mis amigos me había formulado tal pregunta, pensé entre mi mismo.

- Lo siento. Rompí el silencio, y solo me detuve a preguntar. ¿Creo que lo volví a hacer, verdad?

Si, respondió levemente moviendo la cabeza. Y en ese momento me percate de que llevaba atado un listón rojo, el cual recorría de un extremo a otro, formando un arco que desaparecía detrás de su cuello, mi mente se perdió nuevamente y me pregunte a mi mismo de que forma estaría atado al final de los extremos, el listón que llevaba puesto.

- La verdad, proseguí. Creo que ni yo mismo se porque hago esto, de hecho lo he vuelto a hacer y creo que por la expresión que tienes, que ya sabes que me estaba preguntando nuevamente, verdad.
- Si, parece que estabas mirando el listón que llevo puesto, aunque no se porque te cause tanta curiosidad un simple listón.
- Pues la verdad solo me preguntaba de que forma estaría atado detrás, aunque yo tampoco se porque me lo preguntaba. Pero dime te molesta que lo haga.
- La verdad, me incomoda un poco pero no le tomo gran importancia, tal vez sea porque apenas nos estamos conociendo y estés tratando de encontrar algo que te interese de mí o que puedas encontrar algo que tengamos en común.
- Podría ser, conteste, tal vez sea eso, aunque me estoy dando cuenta de que lo hago muy seguido aun si es con una persona que ya conozco desde hace tiempo. Crees que debería preguntar a otras personas si lo han notado.
- No, no creo que sea necesario, me gusta que me pongas a atención, aunque parezca que te pierdes en tu mundo, creo que es algo curioso y nunca lo había descubierto en otro persona, más que en ti.

Desafortunadamente nuestro tiempo juntos había terminado y llego la el momento de despedirnos.

- Crees que la próxima vez que nos veamos puedas decirme porque haces eso.
- No creo que encuentre la respuesta pronto, pero si me des tiempo puede que lo logre, tal vez y sea tan sencilla y común la razón, que por eso lo he vuelto algo tan cotidiano en mi.
- No te preocupes, a lo mejor y es como tu dices, lo has vuelto una forma de vivir que no puedes recordar cuando comenzaste a hacerlo. De todas formas, me gustaría verte pronto, tengo muchas más preguntas que hacerte.
- Eso me parece buena idea, que te parece si nos volvemos a ver en el mismo lugar donde nos encontramos hoy.
- Creo que sería lo más conveniente, además tenemos que conocernos un poco más, así sabremos más de los dos, de esta forma no estaremos incómodos si vamos a un lugar que no nos agrade, no crees.
- Estas en lo correcto, no quiero que pase algo raro y que no nos volvamos a ver.
- Algo raro, como que crees tú.
- Te lo diré la próxima vez que nos veamos, te parece bien.
- Si claro, esperare tus respuestas.
- Me parece que esta semana tendré muchas cosas que pensar, haber si puedo lograr concentrarme en el trabajo. Reí ligeramente.
- Si, apoco te he dejado una tarea bastante difícil.
- La verdad no creo que sea difícil, pero es que nunca me había detenido a pensar en porque hago muchas cosas.
- Ok, procurare no hacer bastantes preguntas la próxima vez, las hare poco a poco, hasta que encuentres respuesta a cada una de ellas.
- Me parece lo mejor.
- Pues bueno, nos vemos pronto.
- Claro, cuídate, nos vemos.

En ese momento ella se alejo de mí y contemple su espalda, la cual estaba descubierta, llevaba un vestido negro, no tan corto, pero sí se podían apreciar un poco sus piernas. Llevaba unos zapatos de tacón mediano, los cuales al momento de golpear contra el suelo de la calle, pareciera que lo estaban rompiendo. Yo me quede en la misma posición que me había quedado cuando ella se marcho, hasta que deje de oír el golpe de sus tacones. Hasta este punto volví en mí y me realice la misma pregunta que ella me había hecho.

0 comentarios:

Publicar un comentario